Mi pie izquierdo, Rafa Nadal

En 1989 cuando la película irlandesa ‘Mi pie izquierdo’ dirigida por Jim Sheridan consiguió hacerse con dos Oscars de la Academia de Hollywood -uno de ellos a Daniel Day Lewis como mejor actor-, Rafa Nadal tenía tan solo tres años de edad. El exitoso film estaba basado en un relato autobiográfico del pintor y escritor irlandés Christy Brown (1932-1981).

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El Madrid es a la Copa de Europa, lo que Nadal al tenis, de puro Homero

Con toda seguridad jamás conoceré a un deportista más homérico y de finales troyanos como Rafa Nadal. De hecho, todo aquel aficionado al tenis y al deporte, ha de sentirse sumamente privilegiado de haber sido contemporáneo del jugador manacorí, que, en tiempos de Federer y Djokovic, dominó con brazo de épica su mundo.

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Luis Suárez, jamás menosprecies a un charrúa

Cuando el posiblemente más nefasto presidente de la historia del Barcelona y, los responsables técnicos y económicos que le respaldaron, decidieron cargar todo el peso de sus continuados y extendidos fracasos en el tiempo sobre la figura de un solo futbolista, no tuvieron en cuenta uno de los códigos universales de la ley histórica del fútbol.

Escribía el maestro Eduardo Galeano en el prólogo de Fútbol a sol y sombra -su obra maestra sobre este deporte- que «Todos los uruguayos nacemos gritando gol y por eso hay tanto ruido en las maternidades, hay un estrépito tremendo». Y el tipo en cuestión, nacido un 24 de enero en la localidad uruguaya de Salto -Uruguay- no solo nació gritando gol, sino que en su ADN, en sus nucleótidos portaba la secuenciación del gol y la del históricamente carácter competitivo del jugador charrúa. Del margen oriental del río Uruguay, ‘el gordo’, perfectamente podría haber sido uno de los descendientes de aquellos matadores de Solís.

En la historia del triste viaje del placer, al deber, el uruguayo posee un sentido natural e incomparable del segundo término. En este caso Luis no es solo de Salto, si no de Salto Grande. Allá, a unos kilómetros del margen izquierdo del Río de la Plata, vía de agua por la que se coló la personalidad popular del obrero sudamericano, se forjó Luis Suárez. A partir de entonces el fútbol dejó de ser un asunto burgués e ingles, para convertirse en un ejercicio de lealtad practicado al aire libre -como decía Gramsci- y una extensión de la personalidad de los barrios y pueblos que lo practicaban.

Decía Galeano que no había nada menos vacío que un estadio vacío y en estos tiempos el mundo del fútbol ha estado mudo. Ha sido muy extraño, pese a las ovaciones enlatadas, dio siempre la sensación de que el silencio de Maracaná, de aquel Mundial de Brasil de 1950, se hubiera dilatado e instalado como una terrible pero real pesadilla. Y tiene un peso fundamental en estas letras dedicadas al nueve uruguayo el citado Mundial de 1950. Suárez pertenece a esa estirpe de futbolistas charrúas que elevaron a la máxima potencia el deber uruguayo con la inmensa figura de ‘el Negro’ Obdulio Varela, que en Maracaná lideró a Uruguay en una de la mayores gestas de la historia del fútbol. Derrotar en casa, en la final, a una de las mejores selecciones de la historia de este deporte, de uno de los países que más y mejor han comprendido e interpretado este juego/espectáculo.

En el Atleti de los últimos años reconocen bien ese sentido competitivo de los futbolistas uruguayos, Forlán primero, Godín después y ahora Suárez, encajaron como un guante en el partido a partido de Simeone. El técnico argentino conoce muy bien ese gen competitivo y puede que haya cometido errores durante todos estos años al frente de la dirección técnica del Atlético -su concepción del fútbol no seduce a todo el mundo-, pero cuando firmó a Luis Suárez sabía que el de Salto poseía además de ese gen, los veintitantos goles que dan puntos y hacen campeón a un equipo en el torneo de la regularidad. Mucho más en el estilo de juego del Atlético de Simenoe, en el que un gol es un yacimiento petrolífero. De ahí esas palabras del ‘Cholo’ cuando en el momento exacto y crucial, definitorio del campeonato, dijo: «Ahora entramos en la zona Suárez».

Cuando Suárez agarra la pelota el aire comienza a oler a pólvora y los nudos de las redes se tensan ante un inminente impacto. Las costuras de la pelota comienzan a experimentar el sueño del beso con su amada red y el portero siente y huele la adrenalina del felino, la amenazadora presencia del cazador. Y en el caso de Luis, de su carrera, con sus luces y sus sombras, habría que ser justo, pues siendo tremendamente ‘canchero’ no lo es más que muchos otros delanteros de otras nacionalidades que han de buscar su lugar en la jungla del área. No se puede ni debe confundir su carácter charrúa con violencia o deslealtad, ese periodo en el que se identificó al fútbol uruguayo y su salvación a través de la divinización y demagogia de la violencia. Suárez, siendo un delantero sin piedad, pertenece a esa generación post Maestro Tabárez, que recuperó el sentido del honor en el fútbol de un país con más futbolistas por metro cuadrado que personas.

El viejo sentido de la lealtad y honor del charrúa, el de Obdulio, la garra y por encima de todo el gol, por eso en el ganar y ganar y volver a ganar de los Luises colchoneros, otro Luis cumplió con su trabajo, no solo acudiendo a la oficina del área a diario, si no haciendo a la empresa sufriente y rodante colchonera más grande todavía. Por todas estas razones se debería recomendar en todas las escuelas de fútbol, que en este juego, con público y sin él, jamás se ha de menospreciar a un charrúa. Y mucho menos hacerlo llorar, porque sus lágrimas de reivindicación acabaran siempre convirtiéndose en el manantial de la la resiliencia. Metáfora del gol y la Liga conquistada por Simeone y todos los suyos.

En este maldito 2020 tenía que morir D10S

En este fatídico año que se nos está llevando a todos por delante, que está poniendo el mundo bocabajo, que tantos ojos y bocas está abriendo y cerrando, tenía que llevarse por delante a D10S. Y es que más allá de que el fallecimiento de Diego sea la crónica de una muerte anunciada, Maradona siempre fue el diez multiplicado por dos. El futbolista excelso y del exceso, probablemente ejemplo de nada y ejemplo de todo, particularmente de los devastadores efectos que pueden producir en un ser humano el dinero y la fama; nefastamente gestionada por un joven que jamás supo ni estuvo rodeado en ningún momento por las personas adecuadas para reconducir su vida personal.

Diego fue devorado por Maradona y el futbolista que más acercó el fútbol a la religión -jamás existirá otro D10S a su altura futbolística-, aquel a la que Argentina venera y el supuesto creador tocó su zurda con su dedo índice, ha sucumbido a su propio personaje con tan solo 60 años y el consumido aspecto de un anciano de ochenta años.

Toda la inmensa alegría que reportó a su país, la fue lapidando poco a poco con las píldoras diarias de las tristezas que generaba su constante deterioro y ocaso. Por ello a Diego se le quiere incondicionalmente y se le odia, no deja de ser la eterna historia de la autodestrucción del mito. El mundo del fútbol le recuerda como un barrilete cósmico, y si algún padre o abuelo tuviera que transmitir a su hijo o nieto, quién fue Maradona o qué representó su figura, debería mostrarle un vídeo del diez sobre un campo de fútbol. Referirle inmediatamente después que lo que ha contemplado, proviene de una época en la que las patadas constituían la única manera de pararle, y constituye tan solo un diez por ciento de lo que Maradona era capaz de hacer con un balón en sus pies. De la misma forma, debería transmitirle que esa figura fue diáfano ejemplo de lo que no se debe ser ni hacer.

Más allá del golpe, del impacto mundial y nacional que se ha producido en la Argentina, país que todo le perdonó, y en el que quizás no se lloraba tanto desde la muerte de Evita, queda esa zurda inolvidable. Queda lo nunca visto, lo jamás contado, lo mejor cantado por Víctor Hugo Morales en el 86. Diego Armando Maradona, la gambeta hecha hombre en los siete días de la creación del mundo. En la visión artística del fútbol nadie como él -el mejor-, y en la visión humana del mundo nadie debería hacer o ser utilizado como él. Quizás por ello el que tantas veces gambeteó a la muerte, aquel que los argentinos creían inmortal, se ha marchado en este fatídico año veinte doble, del doble del diez.

Hoy, como ya se pudo comprobar con Elvis, Marilyn, Michael Jackson, Camarón y tantos otros mitos, se constató que Diego no era inmortal, pero todo ello no evita que Argentina y el mundo del fútbol le considere eterno. Descanse en paz Diego, ese cuerpo esférico mortal que tanto bien y mal albergó, que tanta alegría y tristeza generó, viva por tanto y por siempre su eternidad.

También el más sentido pésame a la pelota, en un año en el que si ya se sentía sola por la ausencia de la hinchada, se sentirá incluso más perdida y ausente por la ya irreparable ausencia del jugador del todo o el hombre de la nada, el de la más pura soledad esférica, el de la ausencia de D10S.

Mariano Jesús Camacho

Remembranza marina

 

La historia no sólo se verifica en la poesía, sino que gracias a ella se condensa, además adquiere un sentido educacional y rescatador, incluso si para ello hay que bucear hasta el fondo del mar para volver a sacarla a la superficie, que en este caso es lo que hace Don Eduardo Bustos Alister. Gracias a él la historia de su pueblo, la de Talcahuano y su cielo tronador, su memoria, la de sus héroes, jamás se convertirá en papel mojado, tal y como vuelve a demostrar en este gran trabajo de recuperación: Continúa leyendo Remembranza marina

Feitiço, el hechicero que desafió al poder

Sumido en el polvoriento olvido de los archivos del fútbol y de entre los ocres recuerdos de una crónica balompédica rescato a un goleador en cuyo perfil cual madreselva trepó y quedó vestida la anécdota de sortilegios y hechizos. Aquel que a través de sus goles y su inigualable temperamento, como verde enredadera, elevó hacia el cielo su imponente leyenda. Continúa leyendo Feitiço, el hechicero que desafió al poder

Uruguay 1930, el mundial de Nasazzi

En el mapa genético, en la cartografía del fútbol uruguayo existe un tipo de gen fundamental que define la personalidad enraizada profundamente en todo jugador procedente de aquel pequeño pero enormemente prolífico país. En el celeste curso de la historia del balompié, surgido de la capital que mira de frente al Río de la Plata, sobreviene la figura de aquel que Eduardo Galeano definió como el jugador al que no le pasaban ni los rayos X. El ‘Terrible’, ‘El Mariscal’ Nasazzi, como decía Don Eduardo el molino de viento de todo equipo que defendió, que funcionaba al ritmo de sus gritos de alerta, rezongo y aliento. Primer caudillo del fútbol uruguayo al que nunca nadie le escuchó una queja. Capitán de las selecciones uruguayas del 24, del 28, y sin duda bandera de la selección campeona del mundo en 1930, el primero de la historia disputado en su país, su mundial. Continúa leyendo Uruguay 1930, el mundial de Nasazzi

Sonetos del Fútbol

Miguel Angel Camacho

Hace pocos días que ha salido a la venta un libro de poemas titulado Sonetos del Fútbol, escrito por mi hermano Mariano Jesús Camacho y en el que yo he colaborado con las ilustraciones y también cuenta con la participación en el prólogo de Manuel Ladrón de Guevara. En este blog suelo hablar de cosas relacionadas con el arte o los videojuegos, pero dejadme que haga un hueco para enseñaros esta obra con la que estamos muy ilusionados.

En el libro, entre los más grandes jugadores de la historia podemos encontrar poemas escritos para Sindelar, Stanley Matthews, Labruna, Yashine, Garrincha, Bobby Moore, Falcao, Paolo Rossi, Francescoli, Le Tissier… y tambén este que os traigo como ejemplo: el ilustre señor Don Mágico González:

Magia entre Cádiz y El Salvador,
con un balón en su reloj de arena,
playa bohemia de brisa serena,
la chistera del hipnotizador.
Regate de culebra que envenena,
es…

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ZORN

New Betham, año 3500, Skull liquidador de recuerdos al servicio y el control central de ZORN, se enfrenta a su propio destino descubriendo una nueva y cruda realidad que derrumbará por completo su falso y artificial modelo existencial. Con nuevas respuestas a su habitual y continua sensación de ausencia, a aquellos sentimientos de no pertenencia que le atormentan, afrontará y liderará la insurrección de los hombres de piedra, pueblo que resiste y constituye el último hálito de la verdadera humanidad.

Nada entonces será igual para Skull, que en el fondo de una pétrea mirada azabache encontrará el amor y su verdadero camino, tampoco para la humanidad, que será testigo de la primera batalla por la Tierra, tomada por ciudades cúpulas de la Inteligencia artificial.

ZORN es el dibujo y la narración literaria de un hipotético futuro, la ficción de una humanidad acomodada y pusilánime, que ha perdido su hambre de libertad entregando su conciencia humana y recuerdos a las máquinas, frente a otra que resiste y lucha por preservarlos.

Disponible gratis en ISSU: http://issuu.com/gerihat/docs/zorn

Mariano Jesús Camacho

Timo Konietzka, una vida en 58 segundos

En pleno centro de la región de Guillermo Tell, en el Lago de los Cuatro Cantones enclavada entre paisajes de lagos y montañas se ubica la localidad suiza de Brunnen, punto de partida hacia la Suiza Central y de la historia que os voy a relatar. Esta, la historia del gol alemán, una historia que comienza con un primer gol y concluye con una enseñanza final como legado reflexivo para nuestra propia conciencia. Y escudriñando estrellas legendarias entre los legajos históricos de la Bundesliga, el nombre de Friedhelm Konietzka emerge del desván de la memoria y, perdura vinculado a aquellos 58 segundos que empleó para convertirse en el primer futbolista en anotar un gol en la historia de la citada competición.

Una historia para no perderse y que podéis leer al completo en El Enganche.